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Los paisajes se convierten en un género independiente en la pintura del siglo 19. La influencia del impresionismo provoca en los pintores andaluces el gusto por la pintura al aire libre y por la representación de la luz en las distintas horas del día.
Destaca la escuela de Alcalá con los pintores Sánchez Perrier y Pinelo, que convierten la luz en la protagonista de sus obras. García Rodríguez añade personajes a los paisajes, patios y jardines que pinta.
El paso del Romanticismo al Realismo se aprecia bien en la pintura de paisajes. La pintura del natural al aire libre da paso a representaciones de la ciudad con gran cantidad de detalles. El río o el Palacio de San Telmo son algunos de los temas preferidos. Enrique Roldán fue un pintor muy destacado en esta modalidad de pintura.